viernes, 9 de diciembre de 2016

MAÑANA DE VIENTO

Hasta el lugar donde la vista alcanza
veo la sierra encrespada en azul
como un mar conmovido en lontananza.

Enloquecen nubes de blanco tul,
ante el sol detienen sus embestidas.
Cesa el vuelo una urraca hosca y gandul,

que huye a las chaparras estremecidas
por el viento, hacia una cumbre remota
con rugosas pieles entretejidas.

La mañana tiembla, atrozmente rota
por la furia que, llegada del este,
silba ecos del aire en triste nota.

Nace con temblor el alba celeste
al soplo salvaje de un nuevo día.
Fustigando el viento el paraje agreste,
canta la arboleda una sinfonía.

© Antonio Macías Luna
Castilblanco (España), 22 de enero de 1999

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