viernes, 9 de diciembre de 2016

CIEGAS ESTÁN LAS ROCAS

Ciegas están las rocas
si no alcanzan a ver la curvatura
del camino,
si no llegan a oír las pisadas
del peregrino.
Sordos deben estar los hombres
si no llegan a oír la lluvia que cae
desde el trampolín celestial.

La tierra disgregada, humedecida,
está atenta a todo, sorda y ciega:
a las rocas endurecidas,
a los hombres de corazón de roca.

© Antonio Macías Luna

No hay comentarios:

Publicar un comentario