viernes, 9 de diciembre de 2016

LA CARRETERA DE LA VIDA

Al encenderse el astro mañanero,
se iluminan paredes y ventanas,
zaguanes, soportales.
Al despertar del lóbrego agujero,
las pasiones humanas
se hunden de nuevo en simas abismales.
Calles mitad en sol, mitad en sombras,
se llenan de color
con tupidas alfombras
que rozan una veta gris de asfalto.
Con ánimo y vigor
mi torre al cielo va de un solo salto.

Mis ojos buscan todo cuanto existe;
con empeño persiste
mi corazón, que encumbra
al ser que mi yo alumbra.

Sin temor a la vida miro al frente,
sigo con la cabeza levantada.
Por sí misma se forma la pendiente
que a fuerza de años pesa en mi terreno
sin usar voladura controlada,
sin mecha ni barreno.

© Antonio Macías Luna

(Publicado en http://maciasluna.blogspot.com el 26 diciembre 2009, a las 19:35 horas)

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