viernes, 9 de diciembre de 2016

ANTE UN LIBRO ABIERTO

Te saluda con buenas noches
un libro abierto de hojas más que leídas;
unas hojas docentes encadenadas
con la humildad de la sabiduría.
Como cualquier jinete, cruzas llanos de verbos
cabizbajo, pisando caballones,
bajo el lenguaje rutilante de las estrellas.

Te abandona la noche solo.
Te concede un caballo y en su lomo,
una silla con alas
para albergar en tu ínsula irreal
imágenes de sueños

Las líneas del poema son ráfagas ante la vista
junto al rincón ardiente del hogar,
junto al fuego temblón que se aposta a tu lado.
Entre estrofa y estrofa
una voz inaudible agota la lectura.

Tus ojos, putrefactos de sopor,
se recubren de párpados y caen
en dos pozos de cuencas con ojeras,
se desvanecen en la oscuridad
mirando al siempre de la Eternidad.

Tus pupilas se cierran, ebrias de licor poético.
Esperan en su gruta, ensimismadas,
el brillo en terciopelo azul del alba.
Se adormecen los versos,
queda aún cabalgada
                                    hasta el fin del trayecto.

© Antonio Macías Luna

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